Silencio.
Silencio: Relato en primera persona de un condenado a muerte.
Me gusta el silencio, el silencio absoluto. El silencio de cuando entras en una habitación o en el cuarto de baño y puedes oír el zumbido de los tubos fluorescentes, el vibrar eléctrico de las bombillas en el techo. Me encanta estar en silencio, escuchar mi propia respiración, oír a lo lejos los sonidos de la ciudad como un rumor de fondo.
Me llamo Laurent, mi padre era francés, y estoy recluido en mi casa porque hay unos hombres afuera que quieren matarme. Les debo dinero, mucho dinero. Y saben que no voy a pagárselo.
Todo está en silencio. Oigo el sonido de las olas rompiendo más allá de mi ventana, el ronquido del frigorífico, el siseo del disco duro de mi ordenador, y oigo los pasos de los tres tipos que me acechan al otro lado de esta puerta.
-¡Abre, francés!
El que habla es Álvaro, solía ser mi amigo, él me introdujo en la banda. Sé que sólo cumple órdenes, no le culpo. Y sé que será su cara lo último que vea si abro esta puerta. Así que no contesto.
Ahora empiezo a oír también una motosierra. Mierda, están tirando mi puerta abajo.
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